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Un placer para el paladar y para todos los sentidos. Un sabor y olor que nos transportan directamente al mar mediterráneo y un color blanco puro que recuerda a la espuma marina del agua agitada por las olas.

La flor de sal es la fina película de microcristales salinos que se forman en la superficie del mar. Un producto recolectado con mucho cuidado entre los meses de abril y septiembre de forma artesanal, secados al sol y posteriormente envasados. Un tesoro que aporta elegancia y sabor a las comidas más especiales.