UN MAR DE OLIVOS

Son Mesquidassa es una finca situada a medio camino entre el mar y la Serra de Tramuntana, en las tierras de Felanitx, a la sombra del Puig de Sant Salvador. Con casi 100 hectáreas y más de 150.000 olivos es la mayor explotación agrícola de estas características en Mallorca. El sistema de cultivo que se puede ver en son Mesquidassa es el que mejor se adapta a una agricultura que busca la máxima eficiencia en el trabajo, obteniendo la mejor relación entre la calidad y la cantidad del aceite obtenido, llegando a los 200.000 litros de aceite a partir de producciones totales que superan el millón de kilos de aceituna. De está manera se optimizan los recursos invertidos, llegando a los más altos niveles de eficiencia y sostenibilidad.

La recolección, mecanizada, permite cosechar las aceitunas de forma eficaz, sin apenas dañar los frutos, sin que estos toquen el suelo, lo que permite un rápido procesamiento, evitando la oxidación de los aceites y asegurando la máxima calidad del producto final.

La variedad arbequina es la predominante en la plantación, aunque la propiedad ha apostado también por nuevos tipos de olivos como la arbosana, la koroneiki o la Sikitita para obtener aceites innovadores y de sabores y aromas sorprendentes. Los olivos se distribuyen en filas formando setos compactos, que al soplar la brisa, mueven sus ramas creando la ilusión de estar viendo olas marinas. Entre ellos, abundan los conejos, liebres, perdices y otras muchas aves que, protegidos por troncos y hojas, simulan peces nadando libremente en el mar.

Pasear entre los árboles es sumergirse en un mar de verdor y frescura, donde el sol y las sombras juegan caprichosamente entre las hojas y aceitunas de los árboles. Entonces uno se da cuenta de que ha perdido la vista del horizonte y el tiempo parece detenerse.

Estas experiencias y otras muchas son las que la Familia Rosselló-Castell quiere compartir con nuestros visitantes y aspira a convertir Son Mesquidassa en un referente dentro y fuera de Mallorca, tanto a nivel agrícola como turístico poniéndolo en el mapa de las principales oleorutas del mundo y como elemento dinamizador de la economía local.

Xisca, Malén y Tòfol Rosselló